Operaciones de la nariz, los distintos tipos

Operaciones de la nariz, los distintos tipos

octubre 14, 2019 0 Por Fabiola

Operaciones de la nariz, tipos: Actualmente se ha vuelto común las operaciones de la nariz, la cual fusionan corregir los aspectos estéticos y funcionales de la misma. Si en tu cabeza está rondando la idea de realizarte una rinoplastia, en este articulo te hablamos de todo lo que implica esta práctica y cuáles son los tipos de cirugías nasales que se realizan.

¿Qué es una rinoplastia?

Se trata de una técnica quirúrgica que se encarga de corregir los diferentes defectos tanto de salud como de apariencia que puedan estar relacionados con la nariz. Toma en cuenta que estos defectos pueden ser a nivel estético, ya que no te sientes satisfecho con tu apariencia. Por ejemplo, en caso que no te gusta como luce la giba ósea o curvatura de la nariz porque es demasiado prominente o la tienes desplazada hacia un lado. También pueden ser defectos funcionales, debido a una alteración en la nariz o paladar hendido que den como resultado problemas al respirar.

¿Cuándo debo realizar una operación de la nariz?

La rinoplastia se realiza en aquellos pacientes que han tenido algún traumatismo facial y tienen alteraciones que afectan a las funciones de la nariz. Así mismo, cuando se habla de rinoplastia también se refiere a la septoplastia, es decir aquellos defectos que se producen en el tabique nasal. De igual forma existe un procedimiento que une diferentes cirugías como las alteraciones estéticas, traumatismos, obstrucciones y alteraciones en el septum del tabique nasal, la cual se llama rinoplastia funcional.

Entonces se puede decir que los motivos principales para realizar este tipo de operación es por cambiar la forma estética de la nariz, aumentar o reducir su tamaño, moldear hacia una forma estilizada, cambiar el puente nasal, reducir las fosas nasales, cambiar el ángulo o corregir defectos congénitos.

Operaciones de la nariz tipos

Tipos de cirugías nasales

Los objetivos de los cirujanos es que la nariz de su paciente parezca como una no operada. En este sentido desde los años 80 han evolucionado mucho las técnicas quirúrgicas de la nariz, por lo que tienen dos tipos de técnicas diferentes, la rinoplastia abierta y la cerrada. Cada uno de estos tipos de cirugías nasales tiene su indicación y para ello debes hablar con tu cirujano plástico para saber cuál es la más conveniente en tu caso.

Rinoplastia cerrada

Con la técnica de rinoplastia cerrada se pueden extirpar las gibas nasales, levantar las puntas de la nariz, enderezar la curvatura del puente nasal, arreglar la asimetría de las fosas nasales y junto con ello los problemas de desviación del tabique nasal. Esta técnica no deja cicatrices visibles, por ende es la preferida tanto por los pacientes como por los cirujanos. La desventaja de este tipo de cirugía es que para pacientes con algunas patologías, defectos anatómicos y enfermedades no se puede realizar.

Rinoplastia abierta

Esta se realiza mediante una incisión en la columela o el septum nasal y se amplía hacia los costados por dentro de la nariz en la porción mucosa, a este proceso se le llama incisión trascoluminar. Con este tipo de operación el cirujano puede tener una mejor visualización de las estructuras de la nariz. Por lo que es una forma de trabajar mejor al momento de querer apreciar una imperfección y poder corregirla. Este tipo de cirugía es ideal cuando se quiere reducir considerablemente la proyección de la punta nasal. También esta operación toma un tiempo operatorio mayor, ya que se tiene que reconstruir nuevamente el marco óseo cartilaginoso antes del cierre de la piel. Por último, con esta cirugía se genera un edema postoperatorio, debido a que se emplea más manipulación de la piel. Por ello se produce mayor inflamación en comparación con la rinoplastia cerrada.

Riesgos de practicar operaciones de la nariz

En primer lugar debes tomar en cuenta que realizar una rinoplastia no es un proceso tan delicado. Se trata de una operación de máximo dos horas que sí realiza con un cirujano profesional no debe tener consecuencias mayores. Sin embargo, como en diferentes tipos de procedimientos quirúrgicos se pueden presentar problemas por la anestesia, hemorragias, reacciones a algún medicamento y posibles infecciones.

Los riesgos que se acaban de mencionar están propensos a ocurrir en cualquier caso, pero mucho más si dejas tu salud en manos de cirujanos inexpertos. Ahora bien, si hablamos de riesgos específicos a la rinoplastia se pueden incluir los siguientes:

  • Problemas para respirar.
  • Pérdida de la sensibilidad de forma permanente dentro o alrededor de la nariz.
  • Correr el riesgo de perder la simetría total de tu nariz.
  • Padecer luego de la cirugía de hinchazón, manchas y dolor por largos periodos.
  • Cicatrices.
  • Por accidente sufrir una perforación del tabique y por ende recurrir a una segunda cirugía de corrección.

Postoperatorio de la rinoplastia

Luego de la cirugía debes preferiblemente permanecer con la cabeza en alto, esto ayuda a reducir la hinchazón y el sangrado. Por lo general, el paciente tiene la opción de regresar a su casa luego de terminar la cirugía. Sin embargo, esto no quiere decir que no sientas dolor en toda la zona por horas o incluso días. Durante el tiempo de reposo, el paciente no debe realizar ningún tipo de esfuerzo físico. Además que debe ingerir mucho líquido, sumado al uso de analgésico.

En cuanto al proceso de cicatrización, éste será de forma paulatina, lo que requiere un tiempo estimado para su recuperación total de hasta tres o cuatro meses. Los doctores incluso aseguran que para ver los mejores resultados de esta cirugía se requiere alrededor de un año de sanación. Entonces de forma resumida tu doctor puede llegar a recomendarte para la post operación lo siguiente:

  • Evitar sonarte la nariz.
  • Consumir alimentos ricos en fibra, frutas y vegetales. Con el fin de evitar el estreñimientos y hacer presión al momento de evacuar. Ya que esto forma tensión en la zona de la cirugía.
  • Realizar la menor cantidad de expresiones faciales, como arrugar la cara, sonreír, abrir la boca, bostezar, entre otras.
  • No realizar ejercicios donde tengas que saltar o ejercer presión.
  • Tomar baños, pueden ser de esponja, tina, bañera, entre otros. Ya que se debe evitar mojar los vendajes.
  • Al momento de cepillarte es preciso que lo hagas de forma suave y muy prevenida, especialmente en la parte del labio superior.
  • Vestir con blusas y camisas de botones o cremallera, para evitar poner ropa por la parte de la cabeza como suéteres o remeras.